Fentanilo: La droga que convirtió la tragedia en rutina en Estados Unidos
“Imagínate que estás caminando por una calle de tu ciudad. Ves a una persona joven, tirada en la acera, sin reaccionar. Nadie parece sorprendido. Una ambulancia llega, los médicos intentan revivirla, y la escena continúa como si fuera algo normal” Bienvenidos a la realidad del fentanilo, la droga que está cambiando el significado de crisis en Estados Unidos.
El fentanilo es un opioide sintético creado para tratar dolores extremos. Pero en las últimas dos décadas, ha escapado de los laboratorios legales para convertirse en el arma más poderosa del mercado negro. Apenas una cantidad del tamaño de un grano de sal puede acabar con una vida.
En Estados Unidos, esta droga está en todas partes: mezclada con pastillas, heroína, cocaína, y hasta en estimulantes como la metanfetamina. Esto no solo aumenta el riesgo de sobredosis, sino que convierte cada dosis en una ruleta rusa mortal.
Las Cifras de muertes causada por el fentanilo desde 2002 hasta 2022 presentan una evolución creciente, comenzando por 23518 en 2002 y 107941 en 2022.
Por primera vez desde 2018, las muertes por sobredosis en Estados Unidos disminuyeron en 2023, con un total estimado de 107,543, un 3% menos que en 2022. Aunque sea algo positivo, siguen viviendo una situación de gravedad. Las cifras siguen siendo muy elevadas.
Sin embargo, no todo es positivo. Mientras que algunos estados lograron avances significativos, como Maine y Nebraska con caídas del 15% o más, otros como Alaska y Oregón vieron aumentos preocupantes de al menos el 27%El ligero descenso en las cifras es un buen inicio, pero no es suficiente para declarar victoria. Este enemigo sigue cobrando más de 100,000 vidas al año
El problema del fentanilo no surgió de la nada. Es el resultado de varios problemas que se han ido acumulando durante años.
Por un lado, hay una gran producción de fentanilo, principalmente en China y México, que se exporta a Estados Unidos. A la par, el sistema de salud no ha sido capaz de ofrecer un acceso adecuado y sencillo a tratamientos para la dependencia, lo que deja a muchas personas sin apoyo. Además, las desigualdades sociales juegan un papel importante, ya que comunidades vulnerables, como los pueblos indígenas, han sufrido desproporcionadamente las consecuencias de esta crisis. Todo esto ha creado un panorama complejo que ha facilitado la expansión de esta droga en el país.
La solución a esta crisis no es fácil, pero no es imposible. Hay tres áreas clave en las que podemos enfocarnos:
Primero, necesitamos mejorar la educación y la prevención. Hablar de manera abierta y clara sobre los riesgos del fentanilo puede ayudar a salvar vidas. Segundo, es crucial asegurar que el acceso a tratamientos sea rápido, gratuito y accesible para todas las personas que lo necesiten. Por último, la cooperación global es fundamental. Para frenar el tráfico de precursores químicos, los países deben trabajar juntos y actuar en conjunto desde el origen de la producción.
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